Reforma vivienda 1917

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Fecha: Septiembre 2007

Se trata de un edificio singular, con techos altos y grandes ventanales. La prioridad era mantener la esencia de este tipo de vivienda pero adaptado a las necesidades actuales.

Se recuperó totalmente el precioso suelo de pino tea de casi 100 años de antigüedad. Un aspecto curioso, el suelo era continuo en toda la vivienda, los tabiques divisorios originales estaban apoyados sobre él. Esto facilitó mucho el cambio de distribución pues al mover o quitar tabiques había suelo debajo, solo era necesario cepillarlo y barnizarlo.

Las ventanas de madera originales con contraventanas molturadas también se conservaron, pero modificándolas con la instalación de cristales nuevos con cámara de aire.

Todas las paredes exteriores de la casa se trasdosaron con Pladur y aislamiento térmico.

Se cambió la distribución general, pasando de seis habitaciones  a cuatro.

El baño principal ocupa el espacio de la antigua cocina, que ahora está en el centro de la vivienda.

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El salón comedor de 50 m2 cuenta con cuatro ventanas y un balcón y puede ampliarse en otros 12 m2 si suma la habitación anexa separada por dos puertas correderas adaptadas de las puertas de paso originales.

Se ha dejado a la vista uno de los pilares de hierro del edificio con sus remaches como elemento decorativo.

La gran cocina está separada del resto de la casa por un gran ventanal y dos puertas ocultables a medida que la aíslan o conectan según sea necesario.

La zona de lavado y despensa quedan integradas perfectamente un armario que aprovecha una planta irregular. El resultado es un espacio rectangular con isla central y zonas de trabajo bien definidas.

Las habitaciones de los niños tienen la misma filosofía: zona de estudio con abundante luz natural, cama nido que sirve como sofá, gran espacio central de juegos libre y armario a medida de grandes dimensiones.

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